El maestro Sorrentino vuelve al Festival de cine de San Sebastian
Si el año
pasado presentaba È stato la mano di Dio este año Paolo
Sorrentino ha vuelto al festival de cine de San Sebastián para presentar su
último trabajo La Grazia, en tándem y, ya van siete
colaboraciones, con uno de los mejores actores del cine italiano contemporáneo,
Toni Servillo. Firma precisamente una interpretación soberbia, por la que ha
ganado la Copa Volpi a la mejor interpretación masculina en el último Festival
de Venecia, probablemente la más sobria y conmovedora de su larga colaboración
con el director de Nápoles.
El
filme narra la historia de Mariano De Santis, un ficticio presidente
italiano a punto de concluir su mandato. Aunque siguen presentes algunos
de los rasgos más inconfundibles del cine de Sorrentino, el gusto por lo
insólito, la cuidada composición visual, el humor, se decanta por un
ritmo más pausado y sereno donde prima la reflexión ante los grandes
dilemas éticos.Enfrentado a una ley de eutanasia, a dos posibles indultos por
crímenes pasionales o a la sombra de su viudedad, De Santis, al final de una vida
pública, debe revisar sus convicciones lo que convierte a La
Grazia en una meditación sobre el perdón y la existencia. Es
también el retrato humanizador de un hombre mayor: que fuma a
escondidas, que escucha rap, que tiene celos.
Servillo
domina cada plano con una interpretación contenida y honesta. Anna Ferzetti
aporta firmeza y ternura como Dorotea, la hija que encarna el futuro
institucional cargado de empatía, mientras Milvia Marigliano logra perturbar la
quietud narrativa. Sorrentino deja al espectador con un deseo imposible
pero reconfortante: que existan más líderes como Mariano De Santis.