Día 2 de la FCIM: Nero + Le assagiatrici, cine con los cinco sentidos
Los
cincos sentidos fueron la temática común de las dos películas seleccionadas por
el director artístico del certamen Giulio Base para la segunda jornada del
Festival de Cine Italiano de Madrid que trasladaba las proyecciones al Cine
Palacio de la Prensa. Fue el turno de Nero, la opera prima de
Giovanni Esposito, y Le assaggiatrici, el nuevo drama histórico de
Silvio Soldini sobre las mujeres reclutadas por obligación a probar la comida
de Hitler. Giovanni Exposito debuta tras la cámara con matricula de honor
con Nero, una fábula entre el hiperrealismo y el milagro.
El protagonista, el propio Exposito encarna a un delincuente que sobrevive a
base de pequeños delitos mientras cuida de su hermana con una discapacidad
mental. Durante un robo en un supermercado, un disparo accidental de
su pistola hiere mortalmente a un empleado. Desesperado y huyendo, Nero
se sorprende al descubrir que se ha despertado increíblemente
ileso. Todos lo atribuyen a la «Virgen de los detergentes», una estatua de la
Virgen que preside una sección de la tienda. Sin embargo es Nero el que tiene
el poder de curar, un poder que no es gratuito, el sacrificio es grande y
pierde cada vez alguno de los cinco sentidos. ¿Hasta donde estará dispuesto llegar? Parte del éxito de la
película es según Exposito la fotografía de Daniele Cipri. En cualquier caso el
50 por ciento se le puede atribuir a la magistral Susy del Giudice, mujer del
director que sustenta una interpretación magistral. Nero es una historia de
amor entre hermanos sin límites con una crítica subyacente a los barrios
marginales en los que dominan los inmigrantes. siempre se deshace en la
cuneta.
Soldini adapta la novela de Rosella Postorino y se adentra en Le assaggiatrici en un relato inspirado en la vida de Margot Wölk, quien declaró que durante dos años y medio fue una de las mujeres reclutadas para probar los platos del Führer. Para ello, sigue a Rosa Sauer una joven berlinesa que llega a casa de sus suegros en Prusia oriental huyendo de las bombas de Berlín. Su esposo, un soldado alemán, está combatiendo en Ucrania. A pocos kilómetros del pueblo, escondido en un espeso bosque rodeado de alambres de púas, se encuentra la "Guarida del Lobo”, el cuartel general de Hitler. Un día es llevada junto a otras seis compañeras y entra en juego una cruel ruleta de la vida y la muerte. En cada fotograma la tensión es palpable y cada bocado puede ser el último. La guerra figura como telón de fondo mientras que el foco se centra en seguir la vida cotidiana de estas mujeres y de los enfrentamientos entre ellas. La unión entre Rosa y la enigmática Elfriede funciona como eje emocional de un relato que expone cómo el totalitarismo coloniza cuerpos y conciencias, convirtiendo el acto íntimo de comer en un ritual de Estado atravesado por el miedo. Coproducción entre Italia, Bélgica y Suiza, la película despliega una puesta en escena sobria, casi aséptica, que refuerza la idea de laboratorio: mesas alineadas, platos impecables, uniformes que borran la individualidad de unas mujeres condenadas a convertirse en herramienta de supervivencia del propio dictador. Soldini se concentra en los gestos, las miradas de terror, una mano que tiembla antes de llevarse la cuchara a la boca, para revelar la violencia que subyace a la obediencia. Un homenaje a aquellas mujeres borradas de los grandes relatos bélicos y que arriesgaron su vida.
Etiquetas: Giovanni Esposito; Silvio Soldini, Susy del Giudice


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