3 jornada de la MCIB: Stranizza d’amuri y Una sterminata domenica, dos caras de la juventud

Tras la clásica sesión de cortos en la que se proclamó ganadora de l’Amor perdu de Lorenzo Quagliozzi que nos traslada a la Francia ocupada por los nazis para acercarnos al tema de la fe y al amor nos esperaban dos puntos de vista sobre la adolescencia Stranizza d’Amuri y Una sterminata domenica.

Para su debut tras la cámara el actor Giuseppe Fiorello vuelve a su Sicilia natal para hacer una versión libre del crimen de Giarre en el que una pareja de jóvenes homosexuales enamorados en Sicilia  fueron salvajemente asesinados de un tiro en la cabeza, en octubre de 1980, un crimen todavía impune. Con una dedicada dirección y fotografía Fiorello no busca al asesino que aún hoy se desconoce sino que filma muy inteligentemente los orígenes de esta historia de amor. Para ello se toma como licencia situar la historia dos años después en el verano del campeonato del mundo de fútbol que conquistó la escuadra “azzurra” Y refleja perfectamente el profundo sur: hombres que se pasan el día en los bares, los icónicos ciclomotores, el calor, el río y sobre todo los más grandes perjuicios. Gianni (Samuele Segreto) y Nino (Gabriele Pizzurru) chocan por accidente con sus ciclomotores. Nino se siente responsable por haberse cruzado le invita a su casa y le ofrece trabajo. Desde ese momento surge una gran amistad que pronto deriva en algo más y que no sienten miedo al ocultarlo, pero no todos lo entienden igual.  Como banda sonora dos canciones de Battiato “Cucurrucu” y Stranizza d’amuri que sirve de título al filme, una gran cinta para una triste historia de amor. Los espectadores que acudimos a la sesión de los cines Verdi tuvimos el privilegio de contar con la presencia de Simona Malato, la madre de Gianni que lo calificó como un himno al amor. El filme será distribuido en nuestro país por Flamingo Films.

Para la tercera sesión quedaba reservada Una sterminata domenica de Alain Parroni, la coproducción a tres bandas Italia, Alemania e Irlanda una apuesta personal de Wim Wenders en el que Parroni trata de hacer un retrato de la generación Z en los suburbios de Roma. Durante casi 80 minutos andan a la deriva sin rumbo fijo, Alex (Enrico Bassetti) es el más grande (tiene 19 años), mientras que Brenda (Federica Valentini) y Kevin (Zackari Delmas) apenas pasan los 15 no tienen nada que hacer y viven todos los días como si fuera un domingo interminable que da título a la cinta. ¿Siempre será así? En el último cuarto final un giro brusco les espera a los tres protagonistas. La pregunta es ¿era necesario esperar tanto tiempo para conseguir este resultado?