Cuarta sesion del MCIB: De la reflexión política de Andò a los Anni Felici de Luccheti

Viva la Libertà es, sin duda, una de las películas más interesantes y comprometidas que se han podido en esta II edición de la Mostra de Cinema Italiano de Barcelona. Basada en una novela del propio Andò "Il trono vuoto", Viva la libertà es la historia de la huida de Enrico Olivieri, el líder del principal partido de la oposición que ante los desastrosos sondeos desaparece sin dejar pistas. En los ambientes institucionales y del partido, se multiplican las conjeturas, al tiempo que su eminencia gris, Andrea Bottini y su mujer Andrea encuentran la solución sustituyéndolo por su hermano gemelo, un filósofo genial, marcado por una depresión bipolar. En una entrevista previa al pase de prensa concedida a Cartelera Italiana, Roberto Andò reconoció que la película no hubiera sido posible ni imaginable sin este actor tan inmenso como es Toni Servillo quien brilla una vez más interpretando dos papeles el secretario del principal partido de la oposición en Italia, Enrico Oliveri y el de su hermano gemelo Giovanni Ermanni. Andò compone algunas páginas cómicas como el encuentro con  Merkel que finaliza con un sugerente tango o con el presidente de la República. Ante esta ópera prima sugerente reflexión sobre la crisis política y de valores actual solo cabe manifestar " Viva il Cinema".

El segundo pase fue el turno de Daniele Luchetti (Mio Fratello è figlio unico, La nostra vita que presentó su última cinta Anni felici, con el que pone fin a la trilogia inspirada en la familia. Luchetti tambien en declaraciones previas a Cartelera Italiana reconoció que se ha interesado por esta institución desde diferentes perspectivas y que la familia es la única que ha sabido sobrevivir al cataclismo social, lo que no ha sucedido con otras instituciones claves en Italia como la Iglesia o la Escuela. Situada en el verano de 1974, Anni Felici es el retrato de la crisis de un matrimonio vista desde la perspectiva de uno niño de diez años Dario, el alter-ego del director testigo de un verano en  el que parece vislumbrarse un nuevo período político y en el que se reivindica el movimiento feminista.