Tercera sesion del MCIB: Sacro Gra, el merecido León de Oro de Gianfranco Rosi

La tercera sesión del MCIB estuvo consagrada al documental con la proyección de Sacro Gra de Gianfranco Rosi y de L'arbitro, la coproducción italo argentina de Paolo Zucca que transformo el corto que habia ganado el Davide de Donatello en el 2009 en este largo.

Sacro Gra fue el primer documental que conquistó el León de Oro en el festival de Cine de Venezia. Esta cinta de Gianfranco Rosi también conquistó a la critica y al público en la pasada edición del festival de Sevilla y ha vuelto a volver al primer plano al género documental. Sacro Gra transcurre en torno al Grande Raccordo Annulare, la autovía de circulación que envuelve Roma como si fuera un anillo de Saturno y que se convierte en el marco perfecto para contar un trayecto narrativo de los cambios de la nueva ciudad y del futuro de la transformación de Roma. Así, la autopista de circunvalación se convierte en una metafora de una realidad casi infinita. 

Se trata de  historia coral centrada en 7-8 personajes (un botánico que estudia las palmeras, un pescador de anguilas, un camillero del 112, un principe moderno, un padre y una hija que hablan sobre la vida) pero tal como declaró ayer Rossi a los espectadores afortunados que entraron en la sala B del cine Verdi "si hubiese sabido que más de 3 millones de personas viven en torno al Gra no hubiera sabido capaz de afrontar un proyecto en el que las historias seleccionadas representan a estos 3 millones de personas". Es esta transformación la que refleja la camara en una cinta que como la vida misma no tiene una estructura clásica de principio y fin.

Para el segundo pase quedó la proyección del filme de Zucca que une la pasión por el futbol, con los arcaicos codigos de la venganza familiar y de la corrupción. Rodada en blanco y negro, lo que en momentos puede provocar cierto lirismo e ironia ante la coreografia musical que propone Zucca. L'arbitro cuenta la historia del ascenso de un equipo de tercera división Atletico Parabile siempre derrotado gracias al regreso al pueblo del joven Maetzuzi que revoluciona al campeonato. Al tiempo que Matzuzi trata de conquistar a Miranda, el amor de su infancia (la bella y sensual Geppi Cuciari) el arbitro europeo el árbitro europeo Cruciani se deja involucrar en una historia de corrupción que le llevará como castigo al infierno de la tercera categoría sarda.